miércoles, 27 de octubre de 2010

1.2¿Que me esta pasando?


1.2¿Que me esta pasando?

LAS PRIMERAS SENSACIONES EN CHICOS y CHICAS

 

En ellos...
Cuerpo y mente están estrechamente relacionados y esto es algo que saben muy bien los que están en esta época de tránsito .Los muchachos  experimentan transformaciones físicas que van acompañadas inevitablemente de ciertas sacudidas psíquicas. A esta edad, los chicos pueden estar biológicamente preparados para mantener relaciones sexuales e incluso llegar a ser padres, puesto que son capaces de eyacular, pero sienten que su mente, su edad real, sus expectativas, sus estudios, su grado de madurez , todavía no ha alcanzado la madurez necesaria.

Aún queda mucho por aprender.
Los chicos suelen ser más lanzados que las chicas. Por ejemplo, en el vestuario de los niños es más común que estén todos desnudos y que se duchen al mismo tiempo y, entre broma y broma, vayan informándose. Quizá surjan bromas porque uno de ellos ha tenido una erección inoportuna e involuntaria cuando estaba en la piscina. y seguro que no se pasará por alto el tamaño de los penes, ya sea por exceso o por defecto.



Para despejar las incógnitas que se abren a su paso, los niños recurren a la camaradería masculina, en cuya compañía se mueven como "pez en el agua" para superar la timidez que sienten ante el otro sexo. El aumento del impulso sexual les lleva a interesarse por las chicas, están muy pendientes de ellas, aunque quieran aparentar lo contrario o incluso se burlen de alguno por estar «colgado» de fulanita o menganita. Por mucho que quieran disimularlo, es una etapa donde aparecen los primeros enamoramientos.
Sueños húmedos
Comienzan las poluciones nocturnas, y empieza el proceso de descubrir el pene como un órgano que se va transformando. Lo manipulan, y en la medida que lo manipulan descubren que tiene una piel que se mueve y que además de servir para orinar, ahí pasan cosas nuevas. Todos estos hallazgos van unidos a nuevas sensaciones que poco a poco derivarán en la masturbación.
Se siente llegando a hombres
Por lo general, los chicos están orgullosos de sus nuevas manifestaciones de virilidad e incluso compiten entre ellos para ver cuál es más hombre. Pero al mismo tiempo, muchos viven con verdadera preocupación las burlas de algunos mayores.


En Ellas...
En esta etapa de su vida, las niñas están muy pendientes de su desarrollo físico. Se encuentran inmersas en un proceso de cambio en el que perciben que ya no son niñas pero tampoco tienen los pechos de una mujer adulta ni el pubis cubierto de vello.

Viven con una mezcla de curiosidad, entusiasmo y un poco de vergüenza hacia el mundo que les rodea. Es la época en la que, aunque no se marquen aún los pezones, empiezan a tener conciencia del pudor y dejan de pasearse desnudas por la casa.


Hablan mucho entre ellas, continuamente se están preguntando las unas a las otras.
A diferencia de los muchachos, ellas no suelen hacer ostentación de sus «hallazgos» pero se preguntan si ha crecido o no ha crecido el pecho, si una tiene un pelo en el pubis, e incluso empiezan a contárselos porque al principio salen pocos... y se explican sin son más largos o más cortos... y también, por el desconocimiento, algunas se preguntan: «¿Si estos pelos siguen creciendo, debería cortármelos?» Ante el temor de las niñas de que algo vaya por mal camino por el simple hecho de observar en su cuerpo algo diferente, han de tener en cuenta que los pelitos del pubis crecen hasta un punto, que no todos los pelos son iguales así como no todos los pubis son iguales, que cada persona tiene una forma de monte de Venus, que unas tienen los pelos más rizados, otras más lisos...

Las chicas son más moderadas que los chicos, pero igual que ellos experimentan fuertes sentimientos sexuales. Ante la presencia masculina, aparecen los primeros síntomas de coquetería. Quizá, de un modo inconsciente, se mueven de otra forma, se acarician el pelo constantemente, se sientan con delicadeza, lanzan miradas pícaras. Quieren gustar a los chicos, pero a la vez sienten miedo de las consecuencias que una relación con ellos les pueda acarrear.






En la pubertad, tanto los chicos como las chicas comienzan a percibir de forma natural ciertas sensaciones excitantes y placenteras que no conocían hasta entonces. En ese momento, la calidad de la información será determinante para asumir las reacciones fisiológicas de una forma sana.

Pubertad en la niñitas
Hay una mujercita en la casa
Inta
Glándulas mamarias  crecen, vello en el pubis y en las axilas,
La primera menstruación…Atención, papas, la niña
Se está transformando en mujer.
Investigadores de renombre en el campo de la psicopedagogía, encuentra absolutamente justificado el hecho de considerar la adolescencia como un período especial en la vida del ser humano.
Si bien desde la óptica del psicoanálisis el desarrollo del individuo es una continuidad, la irrupción de cambios orgánicos ostensibles convierten a la pubertad, de hecho, en una edad muy particular.


Período revolucionario
Una de las más importante de las investigadoras en el campo de la salud mental de los puberes, se cuestiona si se trata de una edad cerrada, marginal o, por el contrario, de una metamorfosis del niño en adulto. Sea como fuere, es un momento en la vida del varón y de la mujer que debe ser fortalecido, y ésta es tarea de padres y educadores
Médicamente la pubertad femenina es un período revolucionario. Ya antes de la primera menstruación, el crecimiento de las mamas y la aparición de vello en el pubis y las axilas son sellos imposibles de no ver en el espejo.
Otro de los hechos trascendentales que marcan la adolescencia es el gran aumento de la velocidad de crecimiento corporal. El momento de máximo crecimiento es alrededor de los 12 años. La niña habrá de crecer en promedio entre 17 y 33 cm a partir de la pubertad.
Hormonas en acción
En este momento es fundamental el papel de las hormonas ováricas. Ese órgano, que había estado en reposo desde el nacimiento, toma rápidamente un fuerte ritmo de trabajo. Aun antes de que aparezca la primera menstruación los estrógenos producidos por los ovarios estimulan el crecimiento actuando por su simple acción “anabólica” (incorporar al organismo los alimentos transformados en el aparato digestivo para ser utilizados en el aumento de masa corporal).
Pero también los estrógenos influyen sobre un tipo especial de hormona, llamada “del crecimiento”, a la que se asociarán para dar el impulso definitivo al “estirón” típico de los primeros años de la adolescencia.
El vello pubiano aparecerá cerca de los 11 años (con extremos que van desde los 9 a los 13). Las mamas comenzarán su desarrollo a los 10.8 años (con extremos similares a los del vello pubiano), es decir, un poco antes. Las mismas habrán de recorrer un largo camino antes de tomar la conformación adulta, la que puede legar cerca de loss18 o 20 años.


La primera menstruación
No hay  duda alguna de que, sin embargo, el hecho único que marca el comienzo de la adolescencia es la menarca (primera menstruación). A fines del siglo pasado la primera doctora chilena, Eloísa Díaz, estableció que ésta se producía entre los 15,3 y 15, 4 años. Ahora en cambio y conforme con el avance que se ha registrado mundialmente en este sentido, la edad promedio de la menarca en Chile oscila entre los 12,2 y 12, 3 años.
Según el doctor Ramiro Molina, director del Centro de Medicina Reproductiva del Adolescente de la Universidad de Chile, este promedio es bastante parejo en todo el país, con muy leves diferencias según estrato socioeconómico y residencia urbano-rural de las jovencitas.
De cualquier modo, todos conocemos niñas que menstruaron a los 9 años. Por lo general, es una cuestión familiar. Sabemos sí que aquellas que menstrúan más tempranamente, como lo hicieron sus madres y abuelas, serán de estatura más baja y de mayor volumen mamario. Es que, si bien los estrógenos apuran el crecimiento, cuando comienzan  circular demasiado temprano, limitan la estatura produciendo el cierre anticipado de una porción de los huesos largos denominada “cartílago de crecimiento”. Una vez que ello ocurre, el aumento de estatura será más limitado. Por el contrario, aquellas chicas que menstrúan tardíamente, a los 14 ó 15 años, serán altas, flacas y por lo general de poco busto.
La temida visita al ginecólogo


No debe existir para la adolescente algo que asuste más que la idea de visitar al ginecólogo. Sin importar el sexo del profesional, lo que se recomienda es que sólo se consultado un ginecólogo que tenga experiencia y preparación en medicina del adolescente.
Así como ahora hay pediatras y clínicos especializados en esta etapa de la vida, los ginecólogos que deciden atender adolescentes deben acceder antes a una formación especializada que les permita conocer la psicología particular de la mujer a esa edad.
A veces, ocurre que la confianza de la mamá en su médico de toda la vida la lleva a proponerle que atienda a su hija. Esto debe ser evaluado con suma cautela: es aconsejable hacerlo sólo si el profesional lo acepta de buen grado y puede ofrecer algún antecedente al respecto.
Hay distintas opiniones acerca del examen físico. Yo me inclino por la que dice que la adolescente no debe ser examinada en la primera consulta. Si bien desde el punto de vista de la economía de la salud podría resultar más costoso, es preferible –si el caso lo recomienda- recurrir a estudios hormonales y ecografías (realizadas por vía abdominal).
Por supuesto que si la adolescente tiene relaciones sexuales y consulta por flujo y ardor, el examen genital se impone. En ese caso, deberá evaluarse individualmente la conveniencia de que sea acompañada durante el mismo por la mamá o por una asistente.
La presencia de mamá
Las familias son un universo de individualidades y así como cada paciente es una persona en particular, la relación entre madres e hijas abarca una variada gama de situaciones.
Muchas chicas confían  en sus madres como su mejor amiga; otras refieren una discreta privacidad y algunas –en el otro extremo- no pueden compartir sus preocupaciones con ellas por la tan mentada “brecha generacional”.
El especialista en ginecología de la adolescencia debe percatarse durante la entrevista inicial qué es lo que ocurre. Por ejemplo, en mi caso particular, casi por rutina, si la mamá está presente, dejo para otro momento el interrogatorio acerca de la vida sexual.
Ciclos irregulares
Muchas mujeres menstrúan con regularidad desde la primera vez y lo harán, luego en la etapa adulta de la vida hasta la menopausia (última menstruación). Pero otras tantas presentan al inicio y al final de sus vidas reproductivas ciclos irregulares.
Esto no debe ser tomado como algo patológico: es simplemente un período de adaptación. Los atrasos menstruales reiterados (oligomenorrea) constituyen uno de los motivos de consulta más frecuente en la adolescencia.
Descartada la posibilidad de embarazo, el tratamiento depende de diversos motivos, entre ellos, por supuesto, el diagnóstico al que se llegue. En ocasiones, si el trastorno no es demasiado grave, se opta por dejar que actúe el tiempo, sin corregirlo. La mayoría de las mujeres normaliza su ciclo a partir de la tercera década de la vida. Para muchas, el estímulo del inicio de las relaciones sexuales o el embarazo son el detonante para que todo se haga bien reglado.
Se aconseja no tratar a todas las adolescentes de rutina, menos aún si no han cumplido por lo menos cuatro años de ciclos menstruales. Los dopajes hormonales y las ecografías ginecológicas nos ayudan a los especialistas a determinar los casos que requieren medicación.
Otros motivos de consulta
Uno no menor es el dolor menstrual. La endometriosis, una enigmática y oculta enfermedad, se disimula muchas veces detrás de un intenso dolor pre o intramenstrual. Cuando los ciclos son, además, irregulares y existe el peligro de un embarazo, las píldoras anticonceptivas constituyen una solución eficaz.
Pero en esta situación, como en otras, una vez más hay que recomendar prudencia: salvo casos de extrema peligrosidad, se prefiere postergar la administración de anticonceptivos orales hasta tanto la adolescente haya tenido por lo menos cuatro años de menstruaciones. En otras palabras: si la menarca fue a los once años, no debería recibir la píldora antes de los 15 ó 16.
El flujo genital, el ardor vulvar y los conflictos asociados a estas situaciones son otros motivos frecuentes de visita al ginecólogo, aun cuando no se haya iniciado la vida sexual. En las más jovencitas –especialmente- el cuidado con el lenguaje y las actitudes durante la consulta y el inevitable examen genital (externo) adquieren significativa importancia. La buena o mala aceptación del tratamiento tiene mucho que ver con la manera en que la niña sea tratada. 
Quistes de ovario
Como hemos dicho, la adolescencia es un período de transición, en el que los trastornos menstruales se presentan con frecuencia. En muchas oportunidades, éstos son debidos a la presencia de quistes de ovario, o bien se asocian a ellos. Mayoritariamente, se trata de trastornos funcionales transitorios. Los quistes, denominados “foliculares”, habrán de desaparecer en uno o dos meses. Un control ecográfico mensual permite el seguimiento y aleja el fantasma de la cirugía.
Pero si se trata de quistes verdaderos, de ésos que no se irán con el tiempo, se impone el tratamiento quirúrgico. Aquí la cuestión se torna más seria a la hora de elegir el cirujano. El tipo de intervención que se realice puede condicionar la fertilidad futura de la joven.
Algunos cirujanos no especializados en cuestiones de adolescencia y fertilidad no dudan en extirpar ovarios que podrían haber sido preservados. Por lo general, es posible la “quistectomía”, es decir, sacar sólo lo enfermo conservando el 100 por ciento del ovario sano.
La laparoscopía, moderna técnica quirúrgica a la que nos referimos en la edición anterior, permite una mejor cirugía en esos casos. La magnificación que se logra gracias a la laparoscopía hace posible trabajar con mayor seguridad a la hora de preservar el ovario.
Además, la mínima incisión que se realiza dentro de la cicatriz umbilical permite un inmediato retorno a las actividades habituales, tales como juegos, bailes deportes y diversión.
Nódulos de mama 

En la adolescencia no hay descritos casos de cáncer mamario. El escaso tiempo de exposición de las mamas a los estrógenos es, sin duda alguna, la razón de esta bienvenida ausencia. De ahí que, por ejemplo, en ninguna situación está justificada la realización de una mamografía.
EL denso tejido mamario de las glándulas juveniles impediría, por otra parte, obtener datos confiables a partir de este estudio. La totalidad de los nódulos que presentan las adolescentes son de características benignas. El fibroadenoma, bulto duro, liso y móvil, requiere su extirpación si aumenta de tamaño.
Los quistes, relacionados con esa amplia gama de trastornos menstruales denominada genéricamente “displasia”, pueden tratarse mediante vitamina A y cremas con progesterona.
¿Cuándo preocuparse?


En ginecología, consideramos “retraso puberal” cuando no existe aparición de vello y de desarrollo mamario más allá de los 14 o los 16 años.
Lo mismo ocurre con la menstruación. Es necesario estudiar y tratar a toda adolescente que no haya presentado su menarca antes de los 16 ó 18 años. Las causas son múltiples: a veces, tan sólo una característica familiar o racial. Otras, distintos síndromes hormonales que requerirán diferentes tipos de procedimientos diagnósticos y otros tantos tratamientos.
Para tranquilidad , aun en esos casos, la mayoría de las veces se trata de disfunciones corregibles y que no impiden la fertilidad.
Sólo los más severos (que se asocian además a alteraciones de la talla y al aspecto físico) pueden vincularse a futuros problemas de esterilidad.
Métodos anticonceptivos


Felizmente, los modernos métodos anticonceptivos disponibles en la actualidad son seguros e inocuos. Atrás quedó la época de las fantasías: la medicina moderna, basada en hechos y estadísticas, nos permite asegurar que, correctamente indicados, tanto las píldoras anticonceptivas como los dispositivos intrauterinos son buenos elementos para ser empleados en la adolescencia. Todo se fundamente en una adecuada selección del caso para cada joven en particular.
El preservativo es útil si la frecuencia de las relaciones sexuales no es alta y, preferiblemente, si se lo emplea asociado a óvulos y cremas espermicidas.
El diafragma tiene detractores y defensores. Dejo a sus defensores el detalle de sus ventajas frente a más seguro preservativo. Aunque hay que hacer la salvedad de que puede ser de más fácil empleo para aquellas chicas que tengan que vérselas con novios poco adeptos al condón. El preservativo es una opción preferencial frente al diafragma porque permite, además de evitar el embarazo, disminuir los riesgos de contagio de enfermedades sexualmente transmisibles, sobre todo cuando no existe pareja estable.

martes, 26 de octubre de 2010

1.1 EL DESPERTAR DE LA SEXUALIDAD: LA PUBERTAD


1.1 EL DESPERTAR DE LA SEXUALIDAD: LA PUBERTAD

 

DESPERTAR A LA PUBERTAD

Entre los 11 y los 13 años los niños dejan de serlo, muy a su pesar en algunas ocasiones. Va quedando atrás una etapa de ingenuidad e inocencia que no puede alargarse más porque las transformaciones corporales plantean nuevas sensaciones, no siempre agradables.

Los chicos y las chicas se buscan y se evitan mutuamente, como en un juego de seducciones y rechazos recíprocos que trae más angustias que alegrías. Ambos son cada vez más conscientes de la metamorfosis que padecen, aunque muchas veces prefieren hacer la vista gorda y los oídos sordos.

A esta edad, la sexualidad dormida, como la de la Bella durmiente, se agita en sueños, fantasías y emociones intensas

Hay que salir del limbo de la época de latencia para seguir el camino del crecimiento hacia la vida adulta.


Los cambios puberales

La pérdida del cuerpo infantil coexiste con un «renacer»




Esto implica la necesaria transformación del chico y la chica en personas que no son ni niños ni adultos, y que establecen otro código de relación con su entorno habitual.
Hay fundamentalmente tres procesos simultáneos en esta época: la pérdida de la niñez, con el "duelo" consiguiente; el logro de otra fisonomía y finalmente nuevas capacidades intelectuales, que despierta alternativamente sentimientos de alegría y angustia, y el descubrimiento de sensaciones desconocidas, que generan incertidumbre y desasosiego.
Estos procesos se van integrando paulatinamente, pero no sin altercados:

Rebelde sin causa
Es frecuente la reacción de rebeldía ante la autoridad paterna como forma de oponerse a este proceso Se diría que «no saben perder», porque todavía les cuesta compensar la pérdida de tantas cosas conocidas con los logros que van adquiriendo.

El muchacho de esta edad percibe sensaciones genitales intensas; ya conoce la tensión que le causan las erecciones, pero a esto se añaden las primeras poluciones con expulsión de líquido seminal. El cambio de la voz y la aparición de vello en la cara, pubis, axilas, y la vellosidad generalizada por el resto de su cuerpo, le suelen despertar sensaciones de extrañeza y rechazo. Las conversaciones con su padre pueden ayudarle a afrontar con menos angustia este proceso de transformación



Foto internet
Ambos, chico y chica, "mueren” a la infancia para "renacer” como adultos. Su cuerpo crece, se estira y se ensancha
• Sus órganos genitales se desarrollan por completo
• Aparecen las primeras reglas en la chica, las primeras poluciones nocturnas en el chico
• Se transforma su apariencia física piel y pelo grasos y acné
• Aparecen los rasgos sexuales secundarios vello en axilas y pubis.

El espejo le devuelve a la muchacha otra imagen de sí misma. Hacerse una mujercita implica el pronunciamiento de sus senos, las pérdidas menstruales (acompañadas a veces de jaquecas y dolores abdominales más o menos intensos), la aparición de vello en pubis y axilas, el ensanchamiento de las caderas, y el inevitable acné juvenil. Todos estos cambios pueden hacerle sentir menos bonita y menos deseable de lo que había sido hasta entonces.



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Si bien es bastante difícil dividir la vida en períodos definidos, lo cierto es que hay una etapa del desarrollo humano a la que, desde el punto de vista biológico, se le podrían señalar con bastante precisión los momentos iniciales. Estamos hablando, por supuesto, de la pubertad.

¿Qué es exactamente la pubertad?
Sintetizando, diríamos que es la fase del desarrollo del cuerpo humano en la cual se inicia la madurez de los órganos sexuales, al tiempo que los caracteres sexuales secundarios comienzan a manifestarse.

Cuestión de hormonas
Todo es rápido en  esta etapa de tránsito por la que los niños y niñas se convierten en adultos casi de la noche a la mañana. Para llegar a esta fase, debemos remontarnos a la vida prenatal. Hay que señalar que,  el desarrollo de los órganos sexuales se produce por obra y gracia de las hormonas sexuales durante los cinco primeros meses de gestación. Las hormonas, que han trabajado para determinar el sexo del bebé, permanecerán en estado de letargo durante la infancia, hasta que consideren que ya ha llegado el momento de madurez necesario para activarse y proporcionar al niño o a la niña las funciones precisas para convertirse en seres capaces de relacionarse sexualmente y procrear. Una bella durmiente,     que sabe esperar su momento

Finalmente ¡Quien da el vamos?

El «cuartel general» está ubicado en el hipotálamo, una región del encéfalo situada en la base cerebral. El hipotálamo se encarga de estimular la producción de una hormona que activa a su vez a la hipófisis o glándula pituitaria como señala la figura , una glándula endocrina que se halla en la base del encéfalo. La hipófisis produce unas sustancias llamadas gonadotropinas , hormonas que van directamente a los genitales que tienen el poder de estimular el funcionamiento de los testículos y los ovarios para hacer posible la reproducción.


¿Cómo se prepara todo el proceso?
Los órganos reproductores femenino y masculino empiezan a producir hormonas: en la mujer, mayoritariamente estrógenos y progesterona, y en el hombre testosterona. Este es el tiempo en el que se originan las células reproductoras: óvulos y espermatozoides. A partir de este momento, en el organismo femenino se liberará cada mes un óvulo y la membrana mucosa que tapiza la cavidad uterina se preparará para anidar al huevo en caso de que tenga lugar la fecundación.

Dicho de otra forma la pubertad señala el inicio de la evolución que otorga a los seres humanos la capacidad de procrear. En esta etapa, el hipotálamo y la hipófisis ponen en funcionamiento toda una serie de mecanismos hormonales que provocan grandes transformaciones fisiológicas. Todo parte en el cerebro y termina en la capacidad de reproducción.
 

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Los cambios en el cuerpo  van acompañados de sensaciones a veces sorprendentes. Poco a poco, los niños irán acostumbrándose a su cuerpo de adulto.  Un plano de silencio en la comunicación, por falta de conocimientos en los mismos adultos También aprenderán que hay todo un mundo exterior por descubrir. Todas estas transformaciones físicas pueden influir poderosamente en la mente de los púberes, sino lo sabrán todas las agencias de publicidad.  Los cambios rápidos y prematuros quizá desconcertarán a algunos. Por otro lado, el retraso o desarrollo lento, pueden llevarles a experimentar algunos sentimientos de menoscabo, de ser diferente. La inseguridad crea conflictos.

¿Cuándo empieza la pubertad en los chicos?

La pubertad se inicia en los chicos habitualmente entre los doce y trece años, aunque también puede ser normal que se adelante a los nueve y se retrase hasta los quince años. Según se desprende del informe médicos, el 90% de los muchachos presentan su primera manifestación viril – eyaculación – entre los once y los quince años. Hay que puntualizar que estos límites están condicionados por diversos factores, como la raza a el lugar de pertenencia ,el clima, la alimentación o la herencia. La historia de la humanidad nos lleva cada vez a inicios mas precoces de la pubertad.
¿Cuándo empieza la pubertad en las chicas?

En general, las chicas suelen iniciar la pubertad un año antes que los chicos, es decir, a los diez u once años de edad. Las más precoces pueden presentar los primeros signos a los ocho o nueve años y en otros casos no aparecer hasta los diecisiete años. Tanto si comienza prematuramente o se retrasa, esta fase de crecimiento suele durar de cuatro a seis años.
Luego todo lo que aparece antes de los 8 años, lo llamaremos precocidad y requiere de algún estudio para descarta lo normal de lo anormal.

Hay fuerte evidencia científica que la obesidad es una causa de inicio mas precoz de los hechos puberales, no patológico pero si precoces.

Pubertad inicial.






1.         Despierta la sexualidad. Pubertad inicial.


Los primeros cambios y las primeras sensaciones
Un reloj biológico
Atención padres y profesores.
La sexualidad nace con el ser humano y le acompaña durante toda su vida. Empieza con el comportamiento natural e instintivo del bebé que se toca los genitales y continúa con el exploratorio juego de médicos y enfermeras de los niños.

Pero es en la pubertad cuando se despierta activamente la sexualidad para recorrer un camino de aprendizaje y experimentación llamado adolescencia, que desembocará en la madurez sexual. Partiendo de la pubertad, este libro se divide en tres partes, según las distintas etapas del crecimiento: de once a catorce años; de quince a diecisiete años ya partir de los dieciocho años.  


La Guía sexual para adolescentes es pensado para los jóvenes, es pensado para un canal de comunicación abierto, sin tapujos, sin consejos inadecuados ni despertar malos pensamientos, es la sexualidad misma, como lo sentimos todos y como nunca tuvimos alcances a este tipo de información, esto se acabo, gracias a publicaciones tan valiosas como de Alicia Galloti podemos llegar a estos púberes iniciales, pero reconociendo también  que también puede convertirse en una herramienta muy útil para profesores y para los padres, lógicamente preocupados por saber lo que piensan, necesitan y quieren sus hijos acerca de la sexualidad. Si a alguien puede ayudarle comenta la autora, como también el comité editorial de esta Web a comentarlos, desmenuzarlo y llevar a acabo la extensión de su enseñanza y forma tan amena de aplicarlo, consideramos que ha valido la pena escribirlo.